Descubrir la belleza intacta del desierto marroquí

El sur de Marruecos es la puerta de entrada al Desierto del Sahara. En medio de estas extensiones de arena, descubra un mundo de dunas, sol y tranquilidad. Aventúrese y experimente de primera mano el estilo de vida de las tribus nómadas del Sahara.

Marrakech y Agadir dan paso al Sáhara, al igual que Fez. Desde la ciudad imperial, cruce el paso de Talghemt. De camino al desierto, la tierra está cubierta de oasis: es el Tafilalet, una región de transición donde el verde de la vegetación casi se funde con el ocre de las arenas. Siguiendo las huellas de las antiguas caravanas, llegará a Rissani, cuna de la antigua dinastía alauí. Acaba de llegar al desierto: dunas con suaves curvas moldeadas por el viento sahariano "El Chergui".

Dé un paseo en camello. Olvídese del ajetreo de las ciudades por un tiempo y organice un vivac en la arena en cómodas tiendas de campaña. Acérquese a las majestuosas dunas de Merzouga: sumérjase en la atmósfera mágica y dese un baño de arena en medio de un paisaje impresionante. Pasar la noche en el lugarPor la mañana, el sol se eleva sobre las dunas formando un paisaje mágico.

Cuando piense que todo ha terminado, todavía hay muchos lugares para sentarse a observar: la duna de Tinfou, ¡excepcional por estar lejos del desierto! También el oasis de Erfoud y la misteriosa Errachidia.

A pie o a lomos de un camello, prepárese para caminar por el desierto y desconectar de la vida cotidiana.